La sección ‘Las claves de la instalación’ da comienzo en este número con una atenta mirada a un local en el que se ha llevado a cabo recientemente una reforma integral. Se trata de una autoescuela.
El establecimiento está ubicado en la planta baja de un edificio de viviendas, concretamente en el chaflán de la edificación. La morfología del mismo presenta tres fachadas y dos medianeras y cuenta con tres grandes huecos, uno por fachada. Tal y como nos señala el gerente de Autoescuela Asfalt, Ramiro Traver, “a pesar de haber existido una actividad previa, el local estaba totalmente diáfano, con lo que la reforma partió de cero. Lo primero fue ponernos en contacto con el despacho de arquitectura, ingeniería y urbanismo responsable del trabajo y hablar con el arquitecto Guillermo Irureta, quien nos hizo unos bocetos y nos explicó las posibilidades que tenía esta reforma”, detalla Traver.
Ante todo, el gerente del local se muestra “muy satisfecho” con la reforma, de la que destaca tanto “el excelente trabajo realizado” como que ésta “tan sólo se llevara a cabo en dos meses”. Uno de los rasgos clave, según relata, es “la gran pieza central, de 2,40 de ancho por 2,60 de alto, ya que todo gira en torno a ésta”, explica.
Desde tureforma nos ponemos en contacto con el arquitecto responsable de este trabajo, Guillermo Irureta, quien nos detalla en qué estado halló el local y cómo afrontó la reforma. “La verdad es que carecía de ningún tipo de instalación aprovechable, tan sólo el pavimento cerámico existente nos ofrece servicio, decidiéndose mantener como guiño recordatorio”, comienza.
En la primera reunión con la propiedad, ya quedó claro que “no sólo se necesitaba una adecuación funcional para desarrollar la actividad, sino que la intervención debía proyectar una imagen de negocio diferenciadora del resto”, recuerda.
La distribución que había que efectuar necesitaba ser clara y sencilla e Irureta explica que, para ello, se proyecta una pieza que acoge los servicios, que a su vez divide el local en dos espacios de dimensión similar. “Esta pieza debe ser la referencia visual del local, resultando ésta elevada respecto del suelo y no llegando a encontrarse tampoco con el techo previsto, a parte de resultar funcional al acoger los aseos, almacenaje e instalaciones”, indica.
UNA PIEZA SINGULAR
Los dos espacios creados tras la aparición de la pieza singular se dividirán conforme a las necesidades en cada momento de la actividad a desarrollar, existiendo una gran flexibilidad de uso a futuro, en cuanto al tipo de actividades que puedan surgir. Para ello, se crean dos pasos que permitiran una circulación fluida a través del elemento singular.
En cuanto a las texturas, materiales y colores, se plantea un escenario neutro, predominando el blanco. En este punto, se utiliza también el color negro, sobre todo en techos, con el fin de crear un efecto de desaparición de los mismos y que las luminarias alojadas en ellos se encuentren flotando. Así, detalla que “para la pieza singular se emplea una pintura diferenciadora del resto que simula el óxido, pues necesitaba tener carácter propio dentro del conjunto”.
Por último, el gerente de la autoescuela, Ramiro Traver, alaba el excelente trabajo del despacho de arquitectura, ingeniería y urbanismo y destaca la labor tanto de Guillermo Irureta como del ingeniero David Armengot así como de Pedro Segura, de 4e Oficina Técnica, entre otros profesionales._