El Tanatorio La Magdalena se encuentra actualmente en la última fase de su rehabilitación y ampliación de instalaciones. El proyecto, que ha corrido a cargo de Octógono, se ha llevado a cabo, según explica el arquitecto Manuel Dauffi, con dos premisas iniciales: no interrumpir la actividad del edificio existente y concluir en ocho meses. “Supuso un reto, ya que por temas de seguridad no se podían efectuar las obras más importantes con tránsito de personas ajenas a las obras”.
Uno de los aspectos más destacados ha sido el tratamiento de la fachada del edificio. “Optamos por realizar una fachada ventilada de gres porcelánico, diferenciando el edificio existente de la ampliación”. Así, escogieron porcelánico blanco de 60×60 para las dos naves rectangulares existentes, uniendo dos piezas y dejando una separación de 3 milímetros de unión vertical cada grupo de dos y 8 milímetros de junta en horizontal. De esta forma, “creamos un efecto óptico para que la lectura fuera como haber incorporado un formato mayor de 120×60 ya que por temas presupuestarios no pudimos optar a piezas cerámicas de mayor tamaño”, detalla. Además, optaron por abrir una ventana horizontal de 11,88 metros de longitud y 44 centímetros de altura (la dimensión de una pieza cerámica) y “le añadimos un brisoleil cerámico de una anchura de 44 centímetros, así obteníamos el efecto de como si tuviéramos levantado hacia arriba una tira de piezas cerámicas de 44 x 66 centímetros”, explica.
Las puertas recayentes en la fachada ventilada se prepararon para ser alicatadas con gres porcelánico logrando así mayor continuidad en el acabado del edificio. El tanatorio castellonense, aunque nos hayamos centrado en la fachada, ha sido remodelado en su totalidad, desde la entrada al mismo pasando por el nuevo edificio de la capilla y crematorio, la zona de almacén y garaje hasta los espacios interiores._